Reabrir nuestro jardín presencial (no virtual ya que el mismo continúa trabajando) sigue siendo un tema complejo.
Hagamos un pequeño balance: cuando llegó la pandemia, se especulaba que con una cuarentena podríamos traspasarla y seguir adelante, pero hoy sabemos que vino para quedarse.
Las instituciones educativas, debieron cerrar sus puertas y mudarse de forma de trabajo a plataformas que muchos han escuchado, además de comenzar a trabajar en la virtualidad. Por nuestra parte, descubrimos lo bien que se puede llevar a cabo, el alcance que se puede tener y cuantas familias y niños se puede llegar, aunque eso no implica que haya sido fácil.
Tristemente y abiertamente, fui acusada en un momento, en un foro internacional” de vender planificaciones y denigrar la tarea docente”, gracias a Dios y a la confianza que me tengo y la que los padres nos tienen, seguimos adelante porque sabemos de nuestro compromiso con las familias, con la primera infancia y a que estábamos y seguimos apuntando.
Mientras se emitía este tipo de juicio, familias de más de 15 países del mundo, sin posibilidad de acceso a fotocopias, libros o cuadernos, personas que viven en sitios rurales, algunos con dificultades para acceder a internet, recibieron en sus casas nuestro material al detalle para que sus pequeños continúen aprendiendo, sin ser tareas, y con el acompañamiento profesional que seguimos brindando a través de nuestras tutorías en línea cada día, con una extensa carga horaria contemplando las zonas horarias de la mayoría de los países que nos convocan.
Familias con niños con distintos diagnósticos han podido recibir nuestras propuestas también.
A su vez, recibimos muchas consultas de varios países y se fueron sumando maestros del mundo para conocer e implementar nuestra modalidad de trabajo desde sus casas, con sus alumnos.
¿Por qué es tan difícil explicar lo complejo que ha sido todo este tiempo?
Porque hemos tenido como institución educativa que cerrar las puertas y no hemos tenido la posibilidad de aclarar en base a que ha sido, más allá de que suponemos, los demás lo saben.
Tuvimos y tenemos distintos tipos de consultas y reclamos: ¿qué porque no reabrimos?,” que los padres tienen que trabajar y que donde dejarían a los niños” (yo también trabajo y también tengo hijos y comprendo la situación), “que por que no se retoman ya las clases”, “que si hay vacantes y cuánto cuesta la hora” (explicamos que no trabajamos por hora ya que no somos guardería).
Nos ha costado mucho poder amablemente explicar las diferencias entre lo que es una Guardería y lo que es un Jardín Maternal, para los padres y tutores no hay diferencias, pero para quienes nos hemos capacitado y somos profesionales de la educación, sabemos de lo que hablamos y que es lo mejor para los niños, aunque respetamos las decisiones que los padres toman.
La pandemia, cuando nos obligó a cerrar las puertas, nos obligó a dar un cierre definitivo ya que no se podía continuar pagando sueldos, ni pagando los servicios de luz; gas, agua, emergencias médicas y seguro entre otros.
La pregunta fue: ¿y por qué esto no se puede pagar? Porque esta situación de la pandemia, llevo a las familias a decidir quitar a los niños de los establecimientos por no poder (algunos) abonar las cuotas y la falta de ingresos complejizo todo, porque todo se paga con esos ingresos (los sueldos, los servicios, el alquiler) además de las deudas adquiridas al retirarse del jardín, algunos sin previo aviso.
Es común que todo esto no se sepa.
En una entrevista que me hicieron en 2020 para una radio, la conductora me preguntó: ¿y por qué no acceden a un préstamo? A lo cual le respondí que, si el jardín no cuenta con ingresos, es imposible acceder a un préstamo.
Retomar, es un volver a empezar de nuevo en todo, pero no porque sea una” nueva normalidad”.
Cuando tome la decisión a principios de 2021 de reabrir bajo otra modalidad, los cuestionamientos fueron: que preferían la modalidad anterior, pero para ello, aun es imposible retomar bajo esas condiciones, hace falta que más familias se comprometan mes tras mes con el pago mensual de cada cuota ya que el jardín debe solventar todos los gastos nuevamente y paulatinamente retomar cada servicio y fue por ello que no reabrimos.
Mis planteos son los siguientes: hay una gran necesidad por parte de los padres de contar con establecimientos idóneos para la tarea de educar y cuidar a sus más valiosos tesoros, hay una gran necesidad de maestros de trabajar, pero también hay una realidad: se debe mantener cada día un establecimiento con todo lo que ello implica.
Mi llamado a la solidaridad, es un llamado a la comprensión. Fuimos muchos los que nos vimos afectados por la pandemia, muchísimas personas perdieron sus trabajos o negocios y la reactivación, no será sino paulatinamente.
No hay una nueva normalidad para nosotros, son las mismas situaciones, pero con más carga emocional, con más carga económica y con más presión por internar recuperar un poco de todo lo que en un principio se invirtió. Adecuarnos a una nueva normalidad, hace pensar que ese empezar de nuevo, se puede hacer porque ya tenemos todo disponible para hacerlo, lo cual no es así, solamente tenemos la posibilidad de decidir cómo seguir, pero somos los mismos, las mismas personas con más incertidumbres, con quizá fuerzas renovadas y agradecimiento por la vida, la salud y la familia, pero para trabajar, es mucho el esfuerzo y debe ser compartido.
El individualismo nos hace creer que cada uno por su lado se puede salvar, que ya tenemos todo lo que creemos necesitar para retomar lo que antes teníamos, y no es así desde mi punto de vista.
Cada día tengo incertidumbre, el personal quiere trabajar y los costos han aumentado como obviamente ha aumentado la inflación, es por ello que lo que tenemos hoy, no es nuevo, lo que se renueva es nuestra esperanza, pero lo que vayamos a hacer desde ahora en adelante, no lo podemos hacer solos, no puedo hacerlo sola. Seremos quizá otro sitio más que no pudo seguir adelante, pero en mi corazón, Dios sabe todo lo que junto a mi familia hemos luchado por ser excelentes, por validar la tarea docente, validar la familia y la primera infancia como pilar de los hombres y mujeres del mañana.
Les dejo un gran abrazo y si desean ser colaboradores, en este mundo de hoy, tras todo lo que pasó y continúa pasando, les invito a hacerlo desde la comprensión. No todo volverá a ser como lo era, muchas familias tendrán su cuadro familiar incompleto por sus pérdidas…
No te amoldes a una” nueva normalidad”, es engañosa, mejor busquemos nuevas herramientas para lo mismo que siempre nos toca una y otra vez ser: resilientes.
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